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La droga y la complicidad social

Sin duda alguna, el abordaje de este tema generará polémicas, controversias y discusiones, pero entendemos que a pesar de todo debemos hacerlo
Vivimos en una sociedad consumista y con valores éticos de mercado, que es parte y cómplice del incremento en el consumo de drogas y alcohol. El consumo puede degenerar en consumismo, donde el objeto deja de ser un medio para aumentar la felicidad del hombre y se convierte en la felicidad misma.
En la actualidad esta sociedad altamente transgresora y consumista, es ideal en la formación de arquetipos enfermizos
El consumismo termina consumiendo a los seres humanos, quienes se autodestruyen y así pierden el horizonte de sus valores. Hoy “no tenemos tiempo” para la comunicación familiar nos apoyamos en fórmulas preestablecidas de conversación “¿te fue bien”?, “¿qué querés comer”?, “estamos cansados”, “tengo muchas preocupaciones”, después charlemos”, etc. Sin darnos cuenta que realidad lo que pasa es que estamos tirando la pelota afuera.
Transferimos a los demás todas aquellas cosas de las cuales no queremos “hacernos cargo “.
El rol de la familia en parte importantísimo en la transmisión de valores.
El desmembramiento familiar y social es hoy el eje de consumo de cualquier sustancia es hoy el eje de consumo de cualquier sustancia.
Hoy nos hemos olvidado del deber insoslayable que es la formación familiar, donde hemos invertido nuestra propia escala de valores y donde además merituamos al revés.
Nos preocupamos por banalidades y frivolidades que nos intentan incorporar todos los días a través de los llamados “programas para la comunidad” y que hoy nos atrapan, y a esto se le agregan los valores que promueven la sociedad posmoderna “ la cultura publicitaria”, “ el modelo informático de vida”, etc.
Además abrimos los diarios, vemos los noticiero, las películas, los videos juegos y nos encontramos con una exaltación de la violencia, pero seguimos sin preguntarnos” ¿por qué?”
Creo que a muchos les pasa lo mismo. Vivimos en un país que “hacemos violento”, porque toleramos la violencia y todo lo demás, y miramos para otro lado. Porque “el no te metas” pega fuerte en el corazón de la mayoría.
Cuando escucho la voz de muchos chicos y chicas que creen si no pegas, no te respetan....me pregunto ¿qué hacemos?, ¿qué hice? ¿Qué hago? ¿Qué nos pasa?
Hoy nos rasgamos las vestiduras por la eliminación de edictos policiales y argumentamos: “estamos desprotegidos”,”las autoridades no hacen nada”, “hoy hay libertinaje”, “hay que crear zonas rojas”, y no nos queremos hacer cargo de lo que pasa a nuestro alrededor y así lo seguimos transfiriendo a los demás....total es mas fácil.
Es significativo el incremento de la violencia, robos, violaciones y otros delitos. Como dato estadístico podemos decir que el 90% de estos hechos está ligado directamente al consumo de drogas y alcohol, pero así y todo seguimos pidiendo que las autoridades hagan algo. Cuando la resolución de esto es colectivo y familiar.
En nuestra fundación recibimos una cantidad de llamados para recibir asesoramiento sobre el tema y lo incomprensible es que cuando preguntamos quien habla, para así generar un lazo basado en la empatía, escuchamos a menudo un nombre supuesto.
Ante tal respuesta ¿que le pasa a esta sociedad? ¿Por qué esta sociedad y las familias siguen sin hacer nada por ellos?, ¿porque el 85% de los pacientes que abandonan el tratamiento de estas características son con complicidad familiar?
Nuestros hijos nos deben sus ojos y sus orejas encadenadas al televisor.
¿Somos padres de una hora que pide, padres compradores, padres convencidos que la paternidad es una cuestión de cifras?...
Y la billetera paga....y seguimos sin hacernos cargo, porque es más fácil, más cómodo. Cuantos adolescentes nos cantan sus reclamos, anhelan paz, y nadie se las da porque nadie los escucha, ni se les da lugar. Ustedes son el futuro del país, dice la frase gastada como un pantalón viejo.
El futuro es hoy, hagámoslo ya, pero con hechos, y no con las mentiras de las palabras, con la comunidad de la no resolución de los conflictos, ni con el no te metas.
Deberíamos probar y no una transacción familiar, probar si nos bancamos un rato de “silencio comunicativa”, sin aparatos eléctricos de por medio.
Un hijo es una obra de arte que intentamos realizar y no hay recetas para padres deseosos de ser geniales. “solo hay pistas y acá me viene la palabra respeto. Esa palabra me gustó, respeto para marcar la cancha y jugar tranquilos. Hoy nuestros hijos quieren ser arqueros, jugadores y árbitros, estar en dos canchas a la vez y tener la camiseta de ambos equipos, y solo ganar, 2 porque el que no gana no existe”
Respeto para tener límites claros cada vez que haga falta, para dar seguridad. Para evaluar a tiempo a los amigos de nuestros hijos, tomar conciencia de nuestra realidad sin atemorizarse.
Entendemos que será imprescindible bucear dentro de nosotros que podamos entender que somos falibles porque somos humanos.
Porque la realidad es la única verdad que tenemos, porque tenemos que dejar de ser soberbios responsabilizarnos, entender que nos necesitamos de los unos a los otros.  

Es muy simplista decir que se hagan cargo del flagelo de la droga, la policía, la justicia, la escuela, la iglesia, pero no debemos olvidar que no se debe delegar en algunos, lo que es responsabilidad de todos.
 
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